Uno de los hitos arquitectónicos de la capital de Taiwán, el rascacielos Taipei 101, resistió el fuerte terremoto ocurrido hace unos días y fue estabilizado mediante un péndulo especial incorporado durante el desastre natural.
La Torre Taipei 101, con 500 metros, fue el edificio más alto del mundo desde finales de 2004 hasta 2010, cuando fue superada por el Burj Khalifa de Dubai, con 828 metros.
En el interior del rascacielos hay una bola de acero suspendida que pesa 730 toneladas, cuyo objetivo principal es amortiguar los pequeños temblores y balanceos provocados por el viento. La última vez que protegió el edificio fue en septiembre de 2022, durante un terremoto de magnitud 6,8, momento en el que se capturó en vídeo a la gran multitud balanceándose.
En los edificios modernos se utilizan muchas soluciones para proteger contra los efectos de los terremotos. Por ejemplo, se instalan arcos diagonales o se construyen cimientos sobre una estructura que se mueve independientemente del suelo. En el caso de Taipei 101, se utilizó con aparente éxito una solución de ingeniería basada en la física simple.
Taiwán está situado en el llamado Anillo de Fuego en el borde occidental del Océano Pacífico, donde los terremotos y la actividad volcánica son frecuentes debido al movimiento de las placas tectónicas. La última vez que Taiwán fue testigo de terremotos con una fuerza similar al del miércoles pasado fue hace 25 años, cuando un bloque de pequeños edificios se derrumbó. Este suceso se ha cobrado hasta el momento 10 vidas.
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