Europa y la industria de defensa

En otras palabras, Europa no tiene enemigos en el sentido militar, a menos que se cree uno. Otra cuestión, que el gobierno húngaro viene diciendo todos los días desde hace mucho tiempo, es que es necesario revisar la seguridad de las fronteras europeas y evitar los cruces ilegales. A falta de información suficiente, es difícil determinar si la UE tiene la tecnología de combate adecuada para una protección fronteriza defendida militarmente. Si a Ucrania no se le entrega -para su destrucción- todo el material de guerra, el resto debería ser suficiente para proteger nuestras fronteras, porque actualmente unidades de combate desarmadas intentan desembarcar cada día en la isla de Lampedusa. Detrás del desarrollo de la seguridad común propuesto, emerge una narrativa ya familiar: «Vivamos juntos, trabajemos juntos, luchemos – si es necesario – juntos». En otras palabras, en el contexto de la propuesta emerge otra extensión de la ausencia de naciones.

La política de seguridad de nuestro tiempo debe formularse sobre una base «nacional» y no «general». Los acontecimientos de las últimas dos décadas han dejado claro que si no tienes un sirviente, eres el amo y que los intereses de cada país rara vez coinciden con los intereses de los demás.

Actualmente, la UE está reteniendo dinero que se le debe a Hungría. ¿Qué garantiza que participaremos en el desarrollo de la seguridad?

XXI. El siglo también proporciona una guía de que realmente no vale la pena producir armas tradicionales, porque no se puede ganar una guerra con ellas, sólo son aptas para la destrucción. Por otro lado, son ideales para la seguridad fronteriza porque ha llegado -o llegará pronto- el momento de que los países se reorganicen para la seguridad perimetral. La razón principal es la migración sin salida al mar y la consiguiente migración masiva inmanejable. Pero es probable que las contradicciones siempre presentes se extiendan a los países vecinos, en forma de conflictos locales. Consideremos, por ejemplo, la amenaza de los «ultras» ucranianos hacia Hungría.

Si Europa realmente quiere ser un factor de poder independiente de Estados Unidos en términos de política, economía y seguridad, puede poner el tema bajo una luz completamente diferente. Sin embargo, tal estrategia no requiere el desarrollo de fuerzas conjuntas en lugar de soluciones nacionales, ya que Rusia es parte de Europa y sus capacidades militares pueden abordar las deficiencias de seguridad de nuestro continente.

Sin lugar a dudas, la sugerencia es un poco audaz a la luz del conflicto militar entre Ucrania y Rusia. Pero está claro que los dos países europeos no están luchando entre sí, sino que los intereses económicos de Estados Unidos están matando a los ciudadanos de la otra nación hermana. Ucrania pertenece a los ucranianos y debería seguir siéndolo. Rusia claramente no lo duda. No sea que su vecino se convierta en propiedad del consorcio Blackrock, con todas sus ramificaciones internacionales. También está fuera de toda duda que la economía de Ucrania -como lo ha hecho en el pasado- estaría mucho mejor si tuviera un fondo energético ruso a un costo tres veces mayor que el GNL estadounidense.

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