El asesinato en masa del viernes pasado en el centro cultural Crocus City Hall en Krasnogorsk, cerca de Moscú, desató un sentimiento antiinmigrante en Rusia. La desconfianza hacia los extranjeros afecta particularmente a los trabajadores de Asia Central y los países de mayoría musulmana. Después del ataque terrorista a la sala de conciertos, las autoridades rusas nombraron a siete sospechosos de Tayikistán y uno de Kirguistán.
El Estado Islámico (EI-K) reivindicó el ataque, pero varios representantes de alto rango de Rusia sospechan que detrás del ataque hay una conexión ucraniana. Kiev ha negado rotundamente estas acusaciones.
Debido a la creciente desconfianza hacia Rusia, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kirguistán advirtió a sus ciudadanos que no viajaran a Rusia excepto aquellos que lo necesitaran urgentemente. También aconsejó a las personas que tomen precauciones y lleven consigo los documentos necesarios para poder presentarlos a las autoridades rusas si es necesario. El vecino Uzbekistán emitió una advertencia similar.
Millones de trabajadores de países pobres de Asia Central han obtenido empleos en Rusia, generalmente en sectores que requieren calificaciones más bajas. Mientras tanto, los trabajadores extranjeros han denunciado cada vez más discriminación y exclusión en Rusia desde el ataque terrorista.
Fuente de la imagen de portada: Seva Karacan/Anadolu vía Getty Images
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