Bredo Müller, empleado del departamento de emergencias de DSA en Svanhovde, no teme la situación. Y añadió: «Está claro que los niveles son más altos de lo normal, pero no suponen ningún peligro para las personas ni para el medio ambiente».
El especialista detalló los resultados de la medición: “Detectamos 5 µBq/m3 en la estación de filtrado de Svanhovd en la semana 37, y la misma concentración se midió en la estación de filtrado de Vexjufjel en las semanas 36/37”.
DSA planea realizar más análisis en los próximos días. Según Mueller, no sería sorprendente que mostraran resultados similares. Durante las pruebas no se detectaron otros isótopos radiactivos y aún no se sabe si las mediciones realizadas en el lado ruso arrojaron resultados similares.
El cesio-137 se produce como producto de fisión durante el funcionamiento de los reactores nucleares. El Mar de Barents tiene muchos reactores marinos a bordo de submarinos y rompehielos. Aunque recientemente concluyó un ejercicio estratégico a gran escala en la región, es poco probable que las emisiones provengan de estas fuentes.
Según Müller, el cesio también puede proceder de los incendios forestales, ya que todavía se puede medir en la naturaleza la contaminación radiactiva del accidente de Chernóbil de 1986 y de las pruebas nucleares atmosféricas anteriores a 1962. La vida media del cesio-137 es de unos 30 años.
Los expertos no descartan que el isótopo radiactivo procediera de una gran distancia, dependiendo de la dirección del viento.
La imagen de portada es una ilustración. Fuente de la imagen de portada: Getty Images
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