El bufete de abogados Stritmatter presentó la demanda en nombre de seis personas en un tribunal de Seattle, alegando que la negligencia de Boeing contribuyó al accidente.
Una de las puertas del avión se rompió durante el despegue. Debido al accidente, más de 170 aviones Boeing 737 MAX 9 quedaron en tierra indefinidamente.
Los demandantes piden daños y perjuicios por lesiones físicas como contusiones y dolores de oído, pero también piden «pérdidas emocionales». Anteriormente, Alaska Airlines ofrecía a todos los pasajeros 1.500 dólares de compensación.
El director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, reconoció públicamente la responsabilidad de la compañía por el accidente y se comprometió a realizar la investigación más transparente posible.
Spirit AeroSystems, el fabricante de la puerta despresurizada, también participa en la realización del pedido, pero las inspecciones finales están controladas por Boeing en su fábrica de Renton, Washington.
A la luz de estos acontecimientos, la FAA está siguiendo de cerca las operaciones de producción de Boeing.
Detalles impactantes
Los detalles que surgen de la demanda pintan un cuadro impactante de lo que experimentaron los pasajeros en la cabina. Las lesiones reportadas incluyen hemorragia interna en el oído y dificultades respiratorias graves. Una persona sufrió un ataque epiléptico después del vuelo. Muchas máscaras de oxígeno funcionaron mal, por lo que hubo pasajeros que no tuvieron acceso a oxígeno puro.
El impacto psicológico en las personas a bordo fue significativo: muchos tenían miedo a la muerte y algunos ya habían informado a sus seres queridos, porque no estaban seguros de sobrevivir al accidente.
Crédito de la imagen de portada: Matthew Lewis Rowland/Getty Images
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