Hacer las cosas rápido o hacerlas bien
Si han oído hablar esta semana en Orihuela de permutas de inmuebles, de casas que noexisten, de parcelas que no son lo que debieran, de Ayuntamiento y de Iglesia, quizá lesinterese saber qué es realmente lo que ha pasado, lo que algunos hemos dicho y, sobre todo,qué es lo que creemos que ha de hacerse.Hace unos días sabíamos que la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Orihuelaanunciaba un acuerdo con la Iglesia para que esta recibiera dos parcelas para el ColegioSanto Domingo, cuatro viviendas en la subida del seminario, y algo más de 42.000.- €.Todo ello a cambio de que el Ayuntamiento recibiera a cambio la iglesia de San Agustínjunto al colegio Jesús-María de nuestra ciudad. Entre la Iglesia y el Ayuntamiento seintercambiaban así las titularidades de unos inmuebles por valor, en cada caso, de algo másde seiscientos mil euros.Pero hay que saber qué ha pasado aquí para poder tomar determinadas decisiones …El Colegio Diocesano Santo Domingo tiene hoy unos campos de deporte que están sobreunas parcelas que le cedió el Ayuntamiento de Orihuela en 1999 por 75 años para construiraulas de enseñanza universitaria. Es obvio que esas aulas nunca se construyeron, por lo queesas parcelas debían devolverse al Ayuntamiento en cinco años, es decir, en 2004. Y elAyuntamiento, con 9 años de retraso, acordó declarar extinguido el convenio de 1999 yreclamar las parcelas. Actualmente hay un contencioso en marcha, aunque suspendido en sutramitación ante la posibilidad y voluntad de las partes (Ayuntamiento e Iglesia) de llegar aun acuerdo amistoso. Es decir: la Iglesia le debe al ayuntamiento dos parcelas que hoymantiene, por así decirlo, “ocupadas”.El Colegio Oratorio Festivo, ubicado en la subida al seminario, fue demolido y reconstruidoentre 2001 y 2004, y al edificarse el nuevo edificio se construyeron las pistas deportivassobre varios inmuebles adyacentes, y entre ellos, cuatro de propiedad municipal. Esoscuatro inmuebles, o viviendas, por tanto, no existen desde 2004, sino que hoy constituyenesas pistas deportivas escolares. Es decir: la Iglesia le debe al Ayuntamiento cuatroinmuebles que hoy tiene, también por así decirlo, “ocupados”.
¿Qué opinamos en Ciudadanos Orihuela sobre estos temas? Lo primero, que la Iglesia haactuado mal, porque ni cumplió el convenio de 1999 sobre las parcelas de Santo Domingo,ni tampoco respetó la ley en su actuación en el Oratorio Festivo entre 2001 y 2004. Y laconclusión es obvia: a la Iglesia no le puede salir gratis una solución que hoy, en 2019, nopuede ser otra que mantener el actual estado de las cosas, que no es otro que esos terrenossigan siendo pistas deportivas tanto en Santo Domingo como en el Oratorio Festivo. Y paraeso, dado que legalmente el Ayuntamiento no es que tenga derecho, sino que incluso estáobligado a reclamar y recuperar su patrimonio, que es de todos, no cabe más que sentarsecon la Iglesia y negociar cómo van a compensar ese patrimonio público municipal usurpadopara regularizar su situación. Y ello debiendo tenerse en cuenta no solo el valor mismo delos terrenos, sino el tiempo transcurrido desde que el Ayuntamiento fue despojado de suspropiedades hasta hoy. Es más: habrá que tenerse en cuenta, si queremos ser realmentejustos, una circunstancia evidente, que no es otra que el que los gobernantes localescompetentes para conocer y gestionar estos asuntos han pasado muchos años mirando haciaotro lado y dejando hacer hasta haber llegado a la situación actual.Por eso no creemos en Ciudadanos Orihuela que la solución, sin más, pase por una permutade esas parcelas por el edificio de la antigua iglesia de San Agustín. Ese edificio, ensituación semirruinosa, también lo está por culpa y negligencia de su propietario, la Iglesia,y sabemos y asumimos que se trata de un bien patrimonial de relevancia para Orihuela,pero no entendemos por ello que debamos, ni podamos, adquirir la entera responsabilidadde su mantenimiento desde este momento, lo que nos llevaría a una inversión millonariasolo para consolidar al mínimo el edificio, dado su estado actual, cuando Orihuela ya tieneen lista de espera otro patrimonio municipal que reclama desde hace años atenciónurgentísima. Esa actuación debe proyectarse, primero, desde la potestad administrativa depolicía urbanística frente a quien, como propietario, no cumple con el deber demantenimiento de una construcción de su propiedad, máxime si es un edificio catalogado yprotegido. Y segundo, mediante la conjunción de esfuerzos entre propiedad yAdministraciones Públicas, y aquí no solo hablamos de la local, del Ayuntamiento, sinotambién, y principalmente, de la autonómica, de la Generalitat Valenciana, dadas lascompetencias que ostenta el gobierno valenciano en la materia en cuanto a patrimoniohistórico. De hecho, ese es el sentido de un acuerdo aprobado en mayo de 2018 en el Plenooriolano: implicar a tres bandas a Iglesia, Ayuntamiento y Generalitat en la solución para laiglesia de San Agustín.La permuta que nos planteaba la Concejalía de Patrimonio, entendemos por ello, esempezar la casa por el tejado, por que las tres circunstancias que se atan aquí (parcelas deSanto Domingo, solares del Oratorio Festivo e iglesia de san Agustín) son diversas y sehallan en momentos diferentes, porque el tema de Santo Domingo está pendiente solo deejecutarse una reversión o, en su caso, de una decisión judicial sobre la misma; el caso delOratorio Festivo está por iniciarse administrativamente, porque ni siquiera consta que hayaun documento municipal donde aparezca nada sobre lo que allí ha pasado; y el tema de sanAgustín tiene un actor interviniente más allá de la Iglesia y el Ayuntamiento, como se hadicho. Esto hace que creamos que no se deban sumar peras y manzanas, a riesgo de obtenerresultados aparentemente, solo aparentemente, correctos que pueden resultar falsos.
Por eso, para Ciudadanos Orihuela la solución pasa por consensos sociales y políticos quehoy no se dan. Y no se dan por la falta de información de que se ha dispuesto hasta ahora.Porque solo con información, con toda la información, puede uno sentarse a una mesa anegociar una solución con quien, no lo olvidemos, ha incumplido, por mucho que lehayamos dejado incumplir, y esto también habrá de tenerse en cuenta. Por todo ello, no es cuestión de si modificamos un presupuesto para buscar cuarenta y dosmil euros que nos faltan en una cuenta que no sabemos de dónde sale y si está biencalculada. Se trata de analizar lo que ha pasado y decidir en consecuencia qué tiene quepasar. Sin batiburrillos ni arreglos de última hora. Nunca nos ha ido bien hacer mal lascosas. Hagámoslas bien de una vez.